1- Sociedad amalgamada culturalmente.
2- Ausencia de industria beneficiada.
3- Impuesto umbral.
Últimamente observo con interés cierta tendencia, gente que hace la compra con bolsas IKEA, creo que está originada en cierta mínima conciencia ecológica y una manifiesta seguridad en que, algo que han hecho unos suecos para transportar muebles no se va a romper.
Reconozcámoslo, lo de las bolsas de plástico es una soberana guarrería y se nos va la fuerza por la boca cada vez que decimos lo defensores del medio ambiente que somos cuando cogemos media docena de bolsas de plástico en el supermercado.
La receta del principio no la ha creado el cocinero anglosajón por antonomasia Jamie Oliver (¿alguien más se ha dado cuenta que sólo sabe cocinar con parmesano?) sino que ha sido testada en Irlanda (la viví en mis carnes cuando estuve viviendo en Alemania).
La noticia, publicada en el New York Times, es que en unas semanas se redujo un 94% el consumo de bolsas de plástico. Primero comprobaron que no había industria recalcitrante, como los chinos se habían comido el mercado primer paso superado,ningún bolsillo de industrial ni puesto de trabajo peligraría, luego pusieron un coste de 20 céntimos de euro por bolsa, inmediatamente la compra de bolsas de plástico decreció de manera soberana, se observó cierto repunte y aumentaron un 50% el coste, hasta 30 céntimos, victoria absoluta, 94% de reducción de bolsas de plástico. Ahora es poco glamouroso transportar en bolsas de plástico por un lado, y por otro están fuertemente concienciados estos irlandeses ( en su cultura, en sus costumbres, en su I+D, ¿en todo?). Resultado, lo que se lleva es una bolsa verde muy irish, biodegradable y reutilizable.
lunes, 4 de febrero de 2008
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